martes, 23 de junio de 2009

Portuguesa se prepara para XXXV Festival Internacional El Silbón

Portuguesa se prepara para recibir el XXXV Festival Internacional de Música Llanera El Silbón y compartir el escenario con los mejores exponentes del folclore venezolano y colombiano. El vicepresidente del Comité Organizador del evento, Henry Ramírez, anunció que la celebración se llevará a cabo del 1 al 3 de octubre próximo en el estadio Cuco Rivas, en Guanare. Informó que en esta edición actuarán dos delegaciones de Colombia y representaciones de Anzoátegui, Apure, Barinas, Guárico, Lara, Distrito Capital, Monagas y Portuguesa. “Estamos trabajando arduamente por el éxito del festival y el reto es superar en calidad y talento la cita anterior”, expresó. Ramírez recordó que el Festival Internacional El Silbón es patrimonio cultural de Venezuela y por 34 años ha sido escenario de dilatados folcloristas que hacen vibrar a los espectadores con el baile del joropo, la bandola, el arpa, el cuatro, la maraca y el bajo, así como con voces clasificadas en pasaje llanero, estilizada y recia. Indicó que en la organización del espectáculo se invierten 103 mil bolívares fuertes aportados por el Instituto de Cultura de Portuguesa, recursos cuya administración está a cargo de la Fundación Cultural Civil Festival Internacional de Música Llanera El Silbón.

"EL SILBÓN"

Después de asesinar a su padre, el hombre fue castigado con un mandador de pescuezo (típico del llano), al tratar de huir fue mordido por un perro tureko, para concluir el castigo su abuelo regó sobre sus heridas gran cantidad de ají picante. El recuerdo y mención de lo sucedido libra a las personas de ser atacadas por este espíritu errante conocido como el silbón.
El Silbón se presenta a los borrachos en forma sombrío. Otros llaneros le dan forma de hombre alto y flaco. usa sombrero y ataca a los hombres parranderos y borrachos, a los cuales chupa el ombligo para tomarles el aguardiente.
La tradición explica que al llegar el silbón a una casa en las horas nocturnas, descarga el saco y cuenta uno a uno los huesos; si no hay quien pueda escucharlo, un miembro de la familia muere al amanecer.
Otra versión dice que fue un hijo que mato a su padre para comerle sus "asaduras". El muchacho fue criado toñeco (mimado), no respetaba a nadie. Un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado. Su padre se fue de cacería para complacerlo pero tardaba en regresar. En vista de esto el muchacho se fue a buscarlo y al ver que no traía nada, no había podido cazar el venado, lo mato, le saco las vísceras y se las llevo a su madre para que las cocinara. Como no se ablandaban, la madre sospechó que eran las "asaduras" de su marido, preguntándole al muchacho, quien confesó la verdad.
De inmediato lo maldijo para toda la vida. Su hermano Juan lo persiguió con un "mandador", le sonó una tapara de ají y le azuzó el perro "tureco" que hasta el fin del mundo lo persigue y le muerde los talones